Tal vez empecemos con la apertura hacia el Este. Estamos ante una relación muy simple. Hay un mercado occidental de 800 millones – Estados Unidos y la Unión Europea juntos – y hay un mercado mundial de 8 mil millones. ¿Por qué elegiríamos los 800 millones en lugar de los 8 mil millones? Es así de simple. Así que deberíamos estar contentos de que en los últimos años los mayores inversores extranjeros en Hungría hayan sido Corea del Sur, China, Japón y solo después los alemanes. Así que ya estamos presentes en este mercado mundial. Acabamos de aprender cómo hacer esto. Sin olvidarnos de que hace treinta años, hace treinta y tres años, cuando derrocamos todo el sistema económico comunista, pasamos por tiempos muy difíciles. Hemos estado levantando pesas durante treinta y tres años, haciendo flexiones todos los días, para que la economía húngara pueda mantenerse en pie en el mundo sobre una base de mercado. Ahora por fin podemos hacerlo. Hacemos enormes inversiones de capital fuera de Hungría, traemos las fábricas más grandes y modernas a Hungría, nuestros trabajadores han aprendido a operar la tecnología más moderna. No olviden que en Hungría estas modernas fábricas de automóviles, fábricas de vehículos y fábricas de dispositivos de infocomunicación son explotadas por trabajadores húngaros, que tuvieron que aprender esto, tuvieron que acostumbrarse. Ahora finalmente somos competitivos con cualquiera, en cualquier lugar, en todo el mundo. Pero necesitamos un mercado y un comercio mundiales, no una Unión Europea que está encerrándose, al borde de la cual volveremos a convertirnos en una especie de semi-periferia sospechosa, penumbrosa. Queremos luz, grandeza, espacio, inversiones, ganancias, fortalecimiento, una Hungría con un alto nivel de vida. Por lo tanto, la apertura hacia el Este es importante, por lo que reconocemos que hay dos soles en el cielo y ajustamos la política exterior y la política económica de Hungría acorde a ello.
¿Cuándo vendrá el presidente Trump? No puedo decirlo, pero hace poco estuve con él en ese campo de golf suntuoso, y he venido aquí desde el hotel Fortuna. Y creo que tenemos mucho que hacer antes de que podamos recibir al Sr. presidente, pero es posible que podamos recorrer esta curva en un año, pero ya veremos.
¿Cuándo recibiremos, o bien, si recibiremos nuestros fondos de la Unión Europea o no? Bueno, hay muchas creencias por ahí. Requeriría una presentación separada para poner en orden los pensamientos enredados. Cuando hoy día hablamos de dinero de la Unión Europea, tenemos que pensar en dos montones de dinero diferentes. Hay un montón de dinero llamado RRF (Mecanismo temporal de Recuperación y Resiliencia). Esto fue inventado por la Unión para ayudar a las economías europeas salir de los problemas generados por el COVID mediante recursos financieros adicionales. Ahora bien, no hemos recibido nada de esto, y es dudoso que lo recibamos. Lo digo en voz baja: mientras tanto el COVID ya ha terminado. Paréntesis cerrado. Este es un ejemplo muy revelador de la competitividad, la velocidad y el talento de liderazgo europeos. Y existe el otro montón de dinero, y este es el que corresponde a Hungría como superávit en el presupuesto de siete años de la Unión, porque allí el presupuesto no es anual, sino es de siete años. Esto hay que imaginarlo que en total entran unos 3 mil millones de euros en el presupuesto húngaro desde Bruselas, y nosotros pagamos 1 mil millones, porque también tenemos nuestras obligaciones de pago, y la diferencia entre los dos es de 2 mil millones de euros netos. Entonces, en un año, Hungría recibe aproximadamente 2 mil millones de euros de la Unión Europea. Esto equivale aproximadamente a unos 800 mil millones de HUF, que no es una mala cantidad si hablamos con el Sr. obispo entre sí, pero en el contexto de la economía nacional, es casi insignificante. O sea, en comparación con el PIB húngaro, la capacidad de producción húngara y el presupuesto húngaro, no es una gran cantidad. Aun así, desde luego podríamos dar 800 mil millones de florines a Transilvania de inmediato, si los tuviéramos, así que no hay que subestimar esta cantidad, pero referirse a este dinero como si la existencia, la misma existencia o la inexistencia de la economía húngara dependiera de él es simplemente una falta de información, esta es una tontería carente de información. Sin duda, es cierto que, si Hungría no tiene acceso a estos fondos, por supuesto nos mirarán de manera diferente en los mercados financieros, donde se pueden obtener préstamos sobre una base comercial. Desde este punto de vista, el efecto indirecto de este factor es quizás incluso mayor que el directo. Ahora la pregunta es, ¿cuándo lo recibiremos? Bueno, si vamos por ello con un saco bien grande y lo traemos a casa. ¿Cómo se debe hacer esto? ¿Tenemos un plan para esto? Esto debe hacerse mientras el presupuesto de la Unión Europea está al borde de la quiebra. La propia Unión lo admite, ya que pide a los estados miembro que aporten alrededor de 100 mil millones de euros y modifiquen el presupuesto de siete años, de los que quizás hayan pasado dos años y medio. Pero eso requiere unanimidad. Y luego tienes que abrir el saco, y eso es todo. Esto es así. De esa manera. Este es el plan. En otras palabras, tengo que decir que estoy ante un otoño apasionante en lo que se refiere a las cumbres de primeros ministros en Bruselas. Será un poco más complicado que eso, pero Bence Uz probablemente lo explicaría así.
La cuestión de controles y equilibrios. Esto requeriría una tercera ponencia. Aquí, también, debo señalar el efecto intelectualmente adormecedor de la americanización. Los controles y contrapesos, como término de derecho constitucional o de teoría política, solo tienen sentido en regímenes en los que el pueblo elige al presidente y el pueblo elige al parlamento. Y por lo tanto surge la pregunta, si ambos tienen la misma autoridad, tanto el poder ejecutivo y como el legislativo, entonces ¿qué tipo de estructura se debe construir entre ellos? ¿Cómo se debe mantener esto en equilibrio y cómo se deben restringir entre sí? Pero el régimen húngaro no es un sistema presidencial, el sistema húngaro es un régimen constitucional. El régimen constitucional es como el británico: se elige al parlamento, existe la soberanía del pueblo, y de allí derivan todo tipo de competencias y facultades, que de allí se distribuyen. Entonces, aunque nos vemos obligados a hablar el idioma euroblabla de los europeos, controles y equilibrios, es bueno saber que una persona inteligente y dedicada no habla sobre el sistema político húngaro en tales contextos, porque no es presidencial, sino es un sistema parlamentario, donde no hay controles ni contrapesos, sino competencias y facultades, que el parlamento elegido por el pueblo distribuye en base a su propia decisión, y luego opera un sistema en consecuencia. Paréntesis cerrado.
Vetos. Hungría debe tener tanta precaución – quizás no malinterpreten lo que digo – como una oruga antes de que descubran que será una mariposa. O sea que hay que avanzar con cuidado en Bruselas, y también hay que usar poco y con cuidado el veto. Pues no se debe aplicar sin criterio, pero hay casos en los que no hay otra elección, cuando hay que poner las cosas claras. Ahora existe tal asunto también más allá del tema del presupuesto, porque los buenos hermanos alemanes, dando testimonio de un gran sentido de la historia – correcto, el mismo Reich – sugieren que, de ahora en adelante, la posición común de la Unión Europea en cuestiones de política exterior no sea formada por una decisión unánime, sino por mayoría simple. Esto significa que, en esencia, si aceptáramos la propuesta alemana sobre, digamos, el tema de la guerra o el tema de las relaciones económicas con China, entonces la política exterior húngara prácticamente se decidiría no en Budapest, sino en Berlín, o bien, se determinaría en Bruselas por encargo de Berlín, ya que siempre seríamos rechazados si fuéramos en contra los alemanes. ¿Qué bueno puede haber en eso? Entonces, ¿qué nos hace soberanos? Entonces, ¿qué pasaría con la orgullosa Hungría de 1.100 años, si desde allí se nos dice cuál debe ser nuestra política exterior? En tales asuntos, uno debe hablar directamente a los camaradas alemanes y decirles que esto es imposible, y por lo tanto en tales casos uno debe vetar, tal como lo haremos nosotros.
Fábricas de baterías versus industria alimentaria. En el último presupuesto de siete años, Hungría pudo añadir el 20 por ciento de la cantidad máxima que podría haber sido agregado a los fondos agrícolas de la Unión. En los siete años que estamos ahora, hemos aumentado esto al 80 por ciento: lo hemos cuadruplicado. Por lo tanto, la agricultura húngara y la industria alimentaria húngara están previendo un gran boom. Por eso, cuando la oposición contrasta la industria alimentaria con las baterías, se equivoca. A pesar de que están cometiendo también errores tan graves, de todas formas, hace falta una oposición. Para nosotros son como la espuma de cerveza: es bueno tenerla, pero que no estropee el sabor. Y también se puede ver, sorprendentemente, que incluso en la oposición – que es esencialmente la izquierda – los comunistas de alguna manera sobrevivieron, en la forma de DK (Coalición Democrática). Es cierto que los dinosaurios también sobrevivieron. Al igual que DK; los dinosaurios sobrevivieron convirtiéndose en pollos. Esta es la situación con los comunistas húngaros, y esto es más o menos con lo que tenemos que lidiar en las tormentas de la política interna húngara.
¡Les deseo buena suerte a los húngaros en Eslovaquia! No es mi trabajo reprender a nadie, tengo que hablar decentemente, pero queridos húngaros de Felvidék (Eslovaquia), la situación de allí sigue siendo absurda, ¿no? Y no podemos echarle la culpa a nadie. Hay medio millón de húngaros allí, ¿verdad? Eslovaquia es un país de 5-5,5 millones de habitantes. Este es un peso significativo. Y no podemos decir que no podamos organizarnos por culpa de los eslovacos. Por supuesto, deben estar intrigando, pero eso es parte de la vida, pero no son ellos los que nos detienen. El hecho de que los húngaros de Eslovaquia no puedan alcanzar una representación parlamentaria en Bratislava, debo decir con la moderación máxima, que es un débil rendimiento. En otras palabras, hace falta poner más si alguien quiere trabajar por la patria en las partes separadas del país. Y tenemos derecho a participar en el trabajo del parlamento eslovaco, nadie nos privó de este derecho. Y somos suficientes para cumplir con los requisitos constitucionales. Entonces, Señoras y Señores, por favor, ¡resuelvan este problema! Siento haber sido un poco más duro de lo habitual.
¿Cuándo será posible, o bien, si es posible o no, extender las asignaciones familiares húngaras a Transilvania? Creo que es posible, y ya hemos extendido algunos de sus elementos. Y creo que los dolorosos procesos demográficos que mencionó nuestro obispo refiriéndose a la emigración, y yo al referirme a la tasa de reproducción, podremos revertirlos y alcanzar la tasa del 2.1, necesario para la preservación de la población, si tenemos sistema único de apoyo a las familias dentro de toda la Cuenca de los Cárpatos. Esto no es imposible. En primer lugar, se necesita dinero. Podremos extender el sistema nacional de apoyo familiar más allá de la frontera, si podemos manejar la oposición en casa, que intentará atacarla apelando a la envidia. Por lo tanto, esto solo se puede hacer durante un período en que las cosas van bien. Durante una lluvia de meteoros, queridos campistas, esto no es posible. Por lo tanto, tomará algunos años más buenos, cuando los húngaros en Hungría también sientan que hay algo de verdad en el hecho de que si conectamos a las familias húngaras al otro lado de la frontera con las familias húngaras dentro de Hungría y también interconectamos su poder económico, entonces algo saldrá de esto y como resultado de ello todos saldremos bien en unos años. Esta es una tarea intelectual compleja. Hay contrincantes en la cancha apelando a la envidia humana, que siempre incitarán contra esto, pero esto es posible. Y también les animo y les pido a las organizaciones húngaras al otro lado de la frontera que vayan pensando en cómo realizarlo, conociendo su propio sistema legal; cómo será posible, digamos, transferir de alguna manera la desgravación fiscal húngara a las familias de aquí, cómo traer el préstamo para bebés, cómo crear – mutatis mutandis – una variante local. Así que tened listos los planes en la caja de la mesa, para que cuando la coyuntura económica sea favorable, lo podamos implementar.
¿Qué futuro le auguro a Dominik Szoboszlai? El caso es que la situación ha cambiado: ahora ya Dominik Szoboszlai es el jefe, es el rey. La pregunta es qué futuro es el que él me predice.
Y había una última pregunta más, una personal: ¿cómo puedo aguantar? Estoy bien, gracias. Podríamos tener una cuarta ponencia, que no sería sobre mí personalmente, sino sobre el arte de la política en general, cómo se puede y se debe hacerlo, así que ahora evitaría los aspectos personales, preferiría responder esta pregunta brevemente. Porque realmente, tal vez también puedo asumir que la persona que ha hecho esta pregunta realmente está interesada en cómo estoy, pero también es posible que le interese hasta cuándo puedo aguantar. Y no es lo mismo. Es por eso, que trato de responderlo. En primer lugar, claro está, el poder va machacando a la gente. Es muy importante que uno defina para sí claramente qué es el poder. Si ustedes pasan unos días en las bibliotecas políticas, verán que hay una cantidad inmensa de literatura sobre este tema. Y si uno se dedica a la política, es decir, a cuestiones de poder, entonces es muy importante elegir una definición, o si no la hay, entonces crearla por sí mismo sobre qué es el poder, cómo uno debe relacionarse con él, cómo uno debe dejarlo entrar en sí mismo, y hasta dónde lo puede dejar entrar. Yo tengo mi propia definición de poder, que puede que no resista el fuego cruzado del debate académico, pero es lo suficientemente buena como para que me sirva. En mi opinión, el poder es la capacidad de actuar juntos y, en mi opinión, esto tiene un fundamento bíblico. Porque hay un fragmento – que no voy a citar exactamente ahora, pido disculpas y acepto la reprensión del obispo de antemano -, pero hay una parte en las Escrituras donde se dice que hablaba como si tuviera poder, y no como los escribas. Esto, si lo traduzco al lenguaje de mi propia profesión, significa que fue capaz de generar una acción colectiva sin forzar a la gente a actuar mediante alguna disposición legal, como lo hacen los escribas. Así pues, generar la capacidad de actuar juntos sin presión externa, o bien, generar la capacidad de actuar juntos mediante influencias espirituales internas. Esto es lo que considero poder. Y en esto consiste mi profesión, a la que me dedico. Ahora bien, este es el enfoque filosófico. Si ahora miramos esto en términos sociales, entonces tenemos que ver que, en cada comunidad, incluyendo la comunidad de los húngaros, hay innumerables tipos de personas, innumerables personas con diferentes habilidades, talentos e instintos. Y esta enorme diversidad crea una gran división de trabajo social y nacional. Y la pregunta es dónde está el lugar de aquellas personas que se dedican al poder. Y, yo miro mi propio trabajo en la forma que hay personas en nuestra comunidad, en la comunidad nacional, cuyo trabajo es – y que tienen la capacidad de – entender lo que está pasando, de explicarle a la gente lo que les está pasando, y lo que les depara el futuro, y ayudar a las personas a prepararse para ese futuro. Ahora bien, a quien Dios le ha dado un talento para esto, este trabajo es a la vez su destino. Y me alegro de no ser una persona sin destino.
¡Gracias por su atención!