Intervención de Viktor Orbán, pronunciada antes del orden del día
Budapest, a 15 de febrero de 2021.

¡Muy estimado Señor Presidente, Señorías!

He pedido la palabra – conforme con nuestras costumbres constitucionales – para dar información a la Asamblea Nacional sobre los dos meses que pasaron desde la última sesión que hemos celebrado, en especial, dado que, en esta última ocasión, cuando el 90% de los votantes votaron a favor del fundamento jurídico de las medidas actuales, también la izquierda concedió su autorización para la gestión de la crisis del Gobierno.

Sus Señorías,

Estos dos meses, al igual que el año pasado, se trataban de la lucha contra el coronavirus. Haciendo uso de la autorización recibida y según el consejo de los epidemiólogos, el 11 de noviembre introdujimos medidas restrictivas. Insistimos en los consejos de los epidemiólogos, poniendo énfasis en su peso. Existe una gran tentación de que en tiempos de una epidemia prolongada los responsables políticos, o simplemente los representantes del pueblo, piensen que son epidemiólogos. Es verdad que a causa de la epidemia prolongada hemos adquirido cierta pericia, pero esto no equivale a los conocimientos de los epidemiólogos. Ahora bien, no queremos transferir nuestra responsabilidad de tomar decisiones, ya que la gestión y el control de la defensa incumbe al Gobierno, es deber gubernamental, no obstante, siempre insistiremos en que la opinión de los epidemiólogos recaiga con el mayor peso posible en nuestras decisiones.

Sus Señorías, las cifras de la epidemia en toda Europa, así también en Hungría, muestran un aumento. Los húngaros han dejado claro en las consultas cuáles son las restricciones aceptables para ellos, y en la consulta celebrada en verano también han dejado claro que también durante los tiempos de la defensa el país debe seguir funcionando. Por eso hemos mantenido abiertos los puestos de trabajo y las escuelas primarias. Para detener la epidemia hacía falta imponer el toque de queda, tuvimos que cerrar los espacios de ocio, los baños públicos, los teatros, los restaurantes, los conciertos, prohibimos la asistencia a eventos deportivos y otros programas. Lo que puedo decir a Ustedes sobre el método húngaro de la gestión de la crisis sanitaria es que nuestra gestión de la crisis es consecuente. Básicamente desde noviembre no hemos variado las medidas impuestas, y pienso que debido a esto hemos logrado contener la pandemia dentro de límites. Los que han optado por otro camino y creyeron en la constante variación, en la conveniencia de cambiar constantemente las medidas de protección, los que reabrieron en Europa Occidental durante las Navidades, pues allí la tercera ola surgió con enorme fuerza. Por ello me parece que hemos tomado la correcta decisión al persistir en las medidas que impusimos al principio. La curva epidémica lleva diez días sin descender. El tramo descendente de la segunda ola se ha detenido. Según los expertos, aunque tampoco ellos lo afirman con certeza – puede haber una incipiente tendencia al alza, debido a la mutación viral más contagiosa. Es necesario, pues, prolongar la autorización recibida de la Asamblea Nacional y también hace falta cumplir las actuales normas de manera estricta y consecuente. En la sociedad húngara hay un debate constante sobre la reapertura. Hay algunos que desearían reabrir ya desde el día de hoy; nosotros en cambio, lo confieso sinceramente, queremos algo más, no nos conformamos dando simplemente la vuelta al cartel de “cerrado” colocado sobre la entrada, sino queremos reactivar la economía, e incluso, reactivar toda la vida de la sociedad civil. Queremos salir de la epidemia siendo más fuertes de lo que habíamos sido al entrar en ella.

No obstante, la precondición de la reactivación es la vacuna, sin vacuna no podemos detener el virus, porque siempre volverá a surgir en nuevas olas. Por consiguiente, hoy la tarea más importante que enfrenta nuestra patria es intentar a conseguir la mayor cantidad de vacunas; y que no sea más tarde, como lo prometen en Bruselas, sino que sea pronto. Para nosotros sirven todas las vacunas que sean seguras, con las que ya varios millones de personas hayan sido vacunadas en el mundo. Además, sería difícilmente permisible para nosotros que la vacuna recibida por húngaros en Voivodina, no sea accesible aquí en Hungría. Por eso hemos comprado junto con las vacunas occidentales, también vacunas rusas y chinas. Según el acuerdo celebrado con Rusia, una cantidad que sirve para la vacunación de un millón de personas llegará a Hungría en tres meses. Hemos logrado celebrar un acuerdo también respecto a la vacuna china: compramos a Sinopharm una cantidad suficiente para vacunar 2,5 millones de personas. Con lo cual en Hungría ya hay cinco vacunas eficaces y seguras que disponen de licencia, lo que es la clave para empezar la vacunación masiva. Les puedo decir con seguridad, incluso junto con las incertidumbres presentes en el suministro y distribución europea de las vacunas, que ya hemos logrado que nosotros, los húngaros hasta finales de mayo podamos vacunar 3,5 millones de personas más que cualquier otro país con un tamaño parecido en la Unión Europea, que use solamente las vacunas occidentales. Existe una oportunidad real de que para principios de abril el número de los vacunados supere incluso los dos millones, o sea que, todas las personas mayores a sesenta años que se hayan registrado, es decir, todos nuestros conciudadanos pertenecientes al grupo más vulnerable por su edad podrán recibir la vacuna. Según mi opinión en Hungría hacen falta todas las vacunas, porque las vacunas salvan la vida y el empleo, y las vacunas nos reconducirán a la vida normal. Todos los días cuentan, y en el más estricto sentido de la palabra es verdad que los que ganen tiempo, ganan vida, muchas vidas, incluso cientos o miles de vidas. Por esta razón no se debería hacer una cuestión política de las vacunas, no debería nadie usar el tema de las vacunas para dar prueba de su lealtad hacia los estadounidenses o hacia Bruselas.

Sus Señorías,

Desde el brote de la epidemia, todas nuestras decisiones se basan en escuchar a los expertos en epidemiología, mientras tanto prestamos atención también a la opinión de la gente; por esta razón celebramos el verano pasado, antes de la segunda ola, una consulta epidemiológica. Solo tiene sentido imponer aquellas restricciones que sean aceptadas por la mayoría y por tanto sea posible hacerlas valer. El Gobierno aspira disponer del apoyo de la gente también en tiempos de gestión de crisis, pretende conseguirlo y mantenerlo.

Estimada Asamblea Nacional,

Todavía no ha terminado la epidemia, aun así, mediante el lanzamiento del programa de la vacunación hemos entrado en una nueva fase: hay algunos que piensan que simultáneamente a las vacunaciones es posible también eliminar las restricciones, otros recomiendan actuar con cautela, porque la pandemia en toda Europa está en una fase ascendente. Por eso volvemos a celebrar una consulta, esta vez respecto a las cuestiones de la reactivación, y pediremos la opinión de la gente sobre siete temas importantes. De aquí ya les pido a mis compatriotas que se pongan delante de los ordenadores, o bien, de los teléfonos inteligentes, y compartan su opinión con nosotros, y mientras tanto no se olviden de que, en la misma página, en vakcinainfo.gov.hu pueden registrarse para las vacunas, aún no es tarde para presentarse.

Estimada Asamblea Nacional,

Después de haber hablado de la situación epidemiológica, quisiera informarles también sobre la situación económica. Antes de la epidemia, la economía húngara era una de las economías más estables de Europa, con un rápido crecimiento, caracterizada por un déficit público bajo, por una deuda pública decreciente, por una tasa de empleo en niveles récord, por el aumento de la renta, por la pobreza en descenso y por una enorme capacidad de atraer inversiones. Y lo que es aún más importante: todo esto estaba acompañado con autoestima y optimismo. En 2020, la epidemia dio un fuerte golpe a la economía húngara. Este golpe no la sacudió, pero la detuvo y empujó de regreso a la economía húngara: según las estimaciones de la Unión Europea, y expresándolo en cifras porcentuales, el crecimiento económico ha disminuido un 5,2 por ciento. Nuestra gestión de la crisis se basaba en la protección de los puestos de trabajo. Conocen nuestra idea de que, si hay trabajo, hay de todo. Esta era la misión del plan de acción para la protección de la economía. Hemos introducido una moratoria crediticia, que ha ayudado a 50 mil pequeñas y medianas empresas húngaras, dejando 3 billones de forintos en los bolsillos de casi 1,6 millones de clientes, o sea, empresarios y familias. Damos ayuda a las empresas golpeadas por la crisis en forma de subvenciones salariales: en hoteles, restaurantes, gimnasios, baños públicos y en la industria de entretenimiento hemos asumido el pago de la mitad de los sueldos, hemos quitado el impuesto de contribución social, y hemos reducido a la mitad el impuesto sobre actividades profesionales. Como resultado de este régimen de subvenciones salariales intensas y específicas, hemos logrado a proteger 250 mil puestos de empleo con unos 80 mil millones de forintos, lo cual corresponde aproximadamente al 5 por ciento de los 4,5 millones de trabajadores en total. Hemos dado ayudas a las inversiones a 1.434 empresas de Hungría para que puedan mantener los puestos de trabajo, o crear nuevos puestos de trabajo; esto ha permitido el mantenimiento o creación de 280 mil puestos de trabajo. Hemos lanzado programas de garantía, hemos gastado mucho dinero para que el programa de las Tarjetas Széchenyi, gestionado por la Cámara de Comercio e Industria Húngara, junto con la sociedad anónima KAVOSZ, sea accesible para todos y sin excepción, de manera rápida y barata. Hemos ayudado a casi 40 mil empresas mediante créditos baratos. En 2020 pagamos casi 500 mil millones de forintos a 1.400, o sea, ¡1.400! empresas, con lo cual se realizarán inversiones privadas por un valor de casi 1.700 mil millones de forintos, sobre todo a lo largo de los próximos dos años, en 2021 y 2022. Más de la mitad de estos fondos introducidos así en la economía han sido concedidos a pequeñas y microempresas.

Estimada Asamblea Nacional,

Las medidas tomadas para la protección de la economía resultaron eficaces, ya que en diciembre trabajaron tantas personas en Hungría como antes de la epidemia. Existen muchos índices estadísticos, de los cuales para el Gobierno reviste de una importancia especial un único dato, en concreto: cuántos trabajan, cuánta gente tiene trabajo. Con respeto les informo de que en diciembre de 2020 en Hungría trabajó la misma cantidad de personas que antes de la epidemia, el número de empleados alcanzó los 4,5 millones. Actualmente en Hungría la tasa de desempleo es levemente superior al nivel alcanzado antes de la crisis, es de 4,3 por ciento, pero al mismo tiempo quisiera señalar que es el tercer dato mejor, o sea, es el tercer índice de desempleo más bajo en toda la Unión Europea.

Estimada Asamblea Nacional,

Tan pronto como tengamos suficientes vacunas, nos pondremos a relajar las restricciones de manera paulatina y responsable. No vamos a regresar simplemente al punto donde estábamos en 2019, sino iniciamos un plan de acción, introducimos medidas nuevas para el desarrollo de la economía. Estas medidas las llamamos resumidamente el plan de acción para la reactivación de la economía. El Gobierno está convencido de que la economía húngara debe ser reactivada a través de la creación de puestos de trabajo, la reducción de impuestos y el apoyo a las inversiones. Persistimos en el principio de „dar trabajo en vez de dar subsidios”, porque a lo largo de los últimos diez años esto ha sido el fundamento económico del éxito.

Estimado Señor Presidente, sus Señorías,

El plan de acción para la reactivación consiste en siete pasos. El IVA de construcción de viviendas se ha reducido al 5 por ciento; damos 3 millones de forintos para la renovación de viviendas; proporcionamos subvenciones salariales a las empresas golpeadas por la crisis; hemos lanzado el mayor programa de aumento salarial de las últimas décadas para los médicos; en cuatro fases devolvemos o recuperamos la mesada 13 para los pensionistas; introducimos la exención del impuesto sobre la renta de personas físicas menores a 25 años; además otorgamos un préstamo rápido sin intereses de hasta 10 millones de forintos a las empresas más pequeñas húngaras para su reactivación. Como siguiente paso del plan de acción para la reactivación de la economía, una vez que hayamos realizado los pasos que acabo de enumerar, entonces lanzaremos un ambicioso programa de apoyo a las inversiones, que promoverá unas inversiones de muchos billones de forintos. Todo esto lo financiaremos conjuntamente con la Unión Europea. El máximo beneficiario de este plan de acción, o bien, de esta parte del plan de acción será el sector de la educación superior. En los próximos años se ejecutará el mayor plan de desarrollo de universidades de Hungría, invertiremos aproximadamente 1,5-2 billones de forintos en nuestras universidades.

Sus Señorías,

Este viernes hemos empezado la transferencia de la primera cuota de la mesada 13 para los pensionados. Esto refleja claramente que la naturaleza, la lógica y el principio rector de la gestión actual de la crisis son distintos de lo aplicado en Hungría antes de 2010. Esta gestión de crisis, o sea, nuestra gestión de crisis reviste un carácter nacional, no les hace pagar a los húngaros el precio de la crisis. En 2010 terminó en Hungría aquel mundo donde les hicieron pagar sobre todo a los pensionistas el precio de las crisis. En 2010 decidimos garantizar incluso en tiempos de las mayores crisis – y cabe afirmar que la crisis del 2010 fue una crisis bastante grande – el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, y luego, cuando nuestra economía llegó a fortalecerse, también nos comprometimos a devolver paso a paso lo que la izquierda había quitado.

Estimada Asamblea Nacional,

Pienso que Hungría es un país fuerte, por eso se defendía bien en tiempos de la epidemia viral; es un país fuerte, porque se ha mantenido firme en cuanto a sus propios intereses y ha logrado ganar batallas en Bruselas; pero nuestra patria también es un país fuerte porque sabe valorar a aquellos que han construido este país con los esfuerzos de toda una vida. Es importante valorar también económicamente a aquellos compatriotas que con el trabajo de toda una vida han contribuido a mejorar la vida de su familia y la de todo el país. Nosotros, siendo sus sucesores, estamos obligados a reconocer este sacrificio.

Para terminar, quisiera decir un par de palabras sobre la exención fiscal de los jóvenes menores a los 25 años. Es algo que nunca nadie ha hecho antes en Hungría, nadie ha introducido semejantes medidas, no obstante, nosotros consideramos importante que todos los jóvenes puedan vivir por su propia cuenta y puedan empezar una vida independiente. Los jóvenes que trabajan tienen derecho al beneficio fiscal, a los jóvenes que fundan una familia les corresponde el préstamo para futuros padres y la ayuda estatal a la vivienda a favor de familias (csok – por su abreviación en húngaro), los que crían niños reciben ventajas fiscales por hijo. Estas medidas permiten a los jóvenes tener un mejor acceso a la vida activa y a alcanzar todo su potencial como jóvenes adultos.

Estimada Asamblea Nacional,

Para concluir, permítanme resumir brevemente las numerosas tareas que tenemos delante en los próximos meses. Trabajaremos en tres grandes asuntos: primero, vamos a llevar a cabo la vacunación masiva; segundo, después de la consulta nacional vamos a suprimir las restricciones de manera progresiva y con suficiente precaución, tomando en consideración la opinión de la gente; tercero, y por último, vamos a reactivar la economía, disponemos de un plan de acción para la reactivación y vamos a llevar a cabo cada uno de los puntos de este plan, y espero que Hungría sea más fuerte después de la epidemia de lo que era antes de ella. Pido a sus Señorías que – independientemente de su afiliación política – apoyen el plan de acción del Gobierno para la gestión de la crisis y para la reactivación de la economía.

Agradezco su distinguida atención.